“A mí nadie me ha regalado estar aquí y si no te lo crees es tu problema”
Llega la becaria nueva que resulta ser más guapa, más joven, más espontánea, más loca y más todo…
Y surgen los inevitables celos. Así que, si te quitan tu lugar, no pasa nada porque los irremediables y humanos celos te harán saltar para recuperar tu sitio. La envidia paraliza, pero los celos no, ellos te mueven. No es cuestión de que desaparezcan, sencillamente hay que convivir con ellos, y no arremeter contra la súper mujer recién llegada. Con formar equipo vale, aunque a veces cueste.
“Esta historia está basada en las memorias de Cristina Ortiz, La Veneno, y en los relatos de algunas de las personas a quienes ella cambió la vida”
En esta aventura existen tres puntos de vista: una mujer que acaba de dar a luz y se siente fuera de lugar cuando vuelve a la redacción porque una jovencita recién llegada acapara la atención de su jefe, una becaria que parece que tiene que pedir perdón por su belleza e inteligencia, es decir, por existir, y una periodista enamorada de la figura de La Veneno. En las historias la visión escogida es importante y como punto de partida resulta interesante escuchar a estas tres personas. Cada una aporta unas vivencias distintas y por eso sus testimonios resultan interesantes. Los Javis se han interesado por tres miradas y han dado en el clavo.
“Como en todas las historias que provienen de la memoria, hay en ella algo de realidad y algo de ficción”
Los directores se acercan a ella de verdad. No la miran desde lejos, sino a los ojos y se atreven a conocerla. Para entender a alguien hay que acercarse a las personas más íntimas que la rodean. Y ellos lo han hecho sin caer en lo superfluo.
“Y, como en todas las historias de ficción, hay en ella algo que es profundamente verdadero”
En esta serie se ve como La Veneno sufre y vive. ¿La salvaron o la lanzaron al vacío? Quien escribió su historia no lo tiene claro.
“Elisabeth Noelle-Neumann apela en La espiral del silencio a la responsabilidad de los medios de comunicación porque marcan la línea entre lo socialmente aceptado y lo no aceptado, porque pueden transformar los prejuicios en empatía, la oscuridad en luz y hacer visible lo invisible”